Todos hemos escuchado la expresión lo que no te mata, te hace más fuerte. Estoy bastante de acuerdo, aunque personalmente creo que eso solo es posible con una buena actitud de disposición al cambio, al aprendizaje.

Otra expresión muy común es la de estar en un agujero. Se refiere a un momento en la vida de alguien en la que tiene serios problemas, y parece que cada vez se le acumulan más y más problemas. A perro flaco todo son pulgas, si se me permite otro dicho. Aunque podría entrar a discutir qué es realmente serio, ya que eso depende de la percepción de cada uno, es otra cosa sobre la que quiero poner mi atención en este momento.

Es en salir del agujero.

¿Para qué?

Soñamos continuamente con alcanzar la cima, expresión que habitualmente significa alcanzar el éxito. Tiende a utilizarse sobre todo para la idea estándar de éxito: profesional, financiero… Sin prestar atención a la idea de éxito personal de cada uno.

Sin embargo, parece que olvidamos que no existe cima sin valle, y sin foso. Son parte de una misma cosa. Son parte de la vida.

Sobre todo, no tenemos en cuenta algo que salta a la vista. La cima no es ni mucho menos tan productiva, tan abundante, como lo es un valle o un agujero. En cualquier montaña, cuanto más se sube, más escasa es la vida. La vida no está en la cima, sino muy por debajo de ella.

Y sin embargo nos empeñamos en llegar, a toda costa. Tal vez no es hasta que estamos allí arriba que tenemos una perspectiva completa.

No has escalado la cima hasta que no estás de vuelta en el valle. –Kilian Jornet

El problema no es subir, el problema es no saber bajar.

Buen camino.

(De vuelta)

 

Foto | Cuenca – Torcas, de Rens Kokke en Flickr