Deja de soñar con cambiar el mundo y empieza a hacerlo.
No tienes que cambiar de trabajo, ni hacer nada espectacular. Solo tienes que hacer lo que ya estás haciendo, hacerlo mejor de lo que lo estás haciendo (que, si buscas la forma, puedes), y pensar en cómo hacer pequeños cambios en las cosas de tu entorno que crees que deberían cambiar, aplicando tus habilidades. Es decir, poner tu talento, conocimiento y experiencia al servicio de pequeñas causas que están a tu alcance.
Te aseguro que cambiarás el mundo. Porque cambiar el mundo no se trata de grandes empresas, acción y reconocimiento internacionales, ni grandes mentes y grandes presupuestos. Se trata de pequeñas acciones llevadas a cabo por personas como tú y como yo, algunas de las cuales, con el tiempo, se han convertido en grandes actuaciones, y otras se han quedado pequeñitas, cambiando el mundo donde más hacía falta cambiarlo: . En su entorno local. En el fondo, ese es para ti el mundo, la gente y el entorno que te rodean.
De echo, ha habido en la historia pocos visionarios que hayan conseguido cambiar el mundo centrándose en esa visión desde el comienzo. La mayoría de esos visionarios de han quedado en el camino. La mayoría de los que lo han conseguido han empezado en pequeño, con lo que tenían, desde el lugar en el que estaban, y haciendo lo que eran capaces de hacer.
Empieza en pequeño. Céntrate en hacer lo mejor que sabes hacer mientras piensas cómo aplicarlo en el campo en el que más útil puedas ser, y donde más te atraiga ayudar.
Yo, por ejemplo, estoy reorientando mi carrera para dedicarme a lo que mejor se me da: encontrar patrones en sistemas complejos y diseñar modelos y algoritmos. Y pretendo hacerlo en los sectores en los que puedo ser más útil y más me atraen: la protección del medio ambiente y el desarrollo social.
Dicho esto, por favor, no te lances a cambiar el mundo sin ni siquiera haber probado el sector o el tipo de trabajo que quieres hacer para lograrlo. Deja el romanticismo a un lado y ve a lo práctico. En lo práctico es donde puedes ayudar; en el romanticismo, tal vez, seas tú el que necesite ayuda.
Muy buen mensaje!