Aprender nuevos idiomas te da nuevos marcos de referencia sobre los que plantearte las cosas. Adquieres una visión más amplia de lo que te rodea, y más precisa. Hay conceptos en ciertos idiomas que son difíciles de trasladar a otros. Es mejor entender el concepto en el idioma original, que no confirmarte con una traducción que, en el mejor de los casos, es aproximada.

Aprender nuevos idiomas es una manera de viajar sin salir de casa. Y una forma mucho más profunda de comprender la cultura de un pueblo, que el simple hecho de visitarlo.

A veces, con una simple aproximación al idioma es suficiente. Otras quieres ir más allá. Pero generalmente un idioma no te engancha si no te fascina lo que representa.

Te animo a que aprendas todos los idiomas que puedas, no solo los más demandados. Aún así, es de esos de los que voy a hablar a continuación.

Los dos primeros que sugiero tal vez no te sorprendan. Quizá algo sí el por qué. Pero es muy probable que los dos últimos nunca los hayas considerado.

1. Inglés.

Era de esperar, ¿verdad? Hoy en día el inglés es omnipresente. Aprenderlo correctamente no sólo te puede abrir puertas en lo profesional, ayudarte a desenvolverte mejor cuando viajas y poner a tu disposición un campo inmenso de conocimiento. La mayoría de la información sobre innovación está en este idioma. Si esperas a la traducción, lo leerás con suerte en los libros de historia. Pero hay una cosa más importante, y es el tema central de este artículo: comprender el inglés te permite comprender mejor a sus nativos. Y así coger lo mejor de ellos y hacerlo tuyo. No es lo mismo aplicar algo cuando lo entiendes, que cuando lo imitas.

Si el inglés es una de esas tareas pendientes para ti, aquí voy a barrer un poco para casa y recomendarte que le eches un vistazo a Inglés Sin Estudiar. Está ayudando a mucha gente a romper sus barreras con el idioma, y puede hacer lo mismo por ti.

2. Chino.

Tampoco sorprende. Nos dicen que el chino es el futuro, blablabla. No sé si realmente lo será, pero sí creo que podremos vivir sin él. Sin embargo, es un contraste cultural tan grande, y una forma de pensar tan diferente, que solo por eso merece la pena. Te puede cambiar radicalmente los esquemas. Cada idioma que aprendes, además, activa zonas diferentes del cerebro. El chino es uno que activa algunas poco comunes en otros idiomas. A día de hoy, con una familia China casi en cada pueblo (en el mío los hay, y los he visto hasta en pueblos perdidos de Kosovo), y mayores poblaciones cada vez en las grandes ciudades, las oportunidades de practicarlo abundan. Son comunidades algo cerradas, pero les encanta hablar en chino con los lâo wài –los guiris, eso somos–.

Hay un par de cursos recomendables para empezar: si tienes buen nivel de inglés, te recomiendo el Michel Thomas Mandarin Chinese; si no, tienes el curso de 8belts.

3. Programación.

El futuro no sé si habla en chino, inglés o esperanto. Pero lo que es seguro es que está escrito en código fuente. Aunque no te dediques a la programación, y la informática te parezca incomprensible, creo que saber cómo funcionan los cacharros que utilizas cada día puede eliminar muchos quebraderos de cabeza. Entender cómo funciona una máquina, y cómo puedes comunicarte con ella –más allá de tocar una pantalla y que estallen unos caramelos–, puede ayudarte a ser más eficiente, más ordenado, a proteger mejor tu intimidad y tu seguridad, y a comprender el por qué de muchos avances. Y también a innovar. Además, a día de hoy, es el idioma más fácil de aprender. Internet está plagado de cursos gratuitos en los que programas desde el primer minuto, empezando desde cero. Incluso en español. También puedes aprender jugando :)

4. Tu propio idioma.

Vaya, esto a lo mejor no te lo esperabas. Lo que obtenemos en nuestra vida es, en gran medida, resultado de cómo nos hablamos a nosotros mismos, y a los demás. Nuestro lenguaje configura nuestro mundo. ¿Por qué no re-aprenderlo para que se adapte a lo que queremos? Usamos las mismas palabras, construcciones y el mismo tono una y otra vez. Si queremos cambiar algo, debemos empezar por la representación que nos hacemos de ello. A menudo, a través de nuestro lenguaje. También juegan su papel las imágenes mentales que tengamos de cada cosa, pero ese es otro tema.

No solo para cambiar tus hábitos sirve re-aprender tu idioma.

Ampliar tu conocimiento de tu propia lengua puede ser fascinante. ¿Conoces el verdadero significado y el origen de expresiones o frases hechas que utilizas a menudo? No es por joder, pero muchas de ellas seguramente las estés utilizando mal.

Otro aspecto en el que te conviene mejorar tu uso del lenguaje, es en adquirir habilidades de promoción. Auto-bombo. Marketing. Venderse a uno mismo. Llámalo como quieras, pero saber hablar –y escribir– bien sobre ti, y tus proyectos, ideas, empresa, siempre ha sido necesario; cada vez más importante. Porque cada vez hay más ruido, y hay que saber destacar entre ese ruido. No vendas la moto, eso sí: respalda tus palabras con hechos. Pero no hagas un gran trabajo y una pésima comunicación.

Te animo a que elijas uno de ellos y empieces hoy mismo. No mañana; hoy. Tal vez sea uno que no está en esta lista. No importa. Elige un idioma que te motive, y empieza. ¿Cuál eliges?

1 comentario en «4 idiomas para el futuro»

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