Hace un tiempo cogí una costumbre. Cada día, cuando me levanto y abro la persiana, y la luz del Sol me saluda tímidamente, doy gracias. Gracias por estar vivo. Gracias por la magia que me rodea.

No hay un día que no me levante con una sonrisa.

La gratitud es una de las fuerzas más poderosas que existen. Por eso, he ido adoptando esa costumbre en otros momentos de mi rutina diaria.

Cada día, cuando estoy en una compañía que disfruto, doy gracias. Y cada día disfruto más en mis relaciones.

Cada día, cuando descubro algo que me es útil, bello, o me hace sentir bien, doy gracias. Y cada día encuentro más belleza a mi alrededor, y soy más optimista con el futuro.

Cada día, antes de comer, doy gracias por la comida que tengo en mi plato. No lo confundas con bendecir la mesa. Al bendecir, pides que los alimentos que vas a tomar sean benditos. Al dar gracias, lo haces porque ya lo son. El primero parte de la carencia y la necesidad. El segundo, de la abundancia.

Siento que nunca me falta de nada. Y si tú estás leyendo esto, deberías sentir lo mismo. Cualquier carencia que creas tener es solo una ilusión. Tienes todo lo necesario para estar vivo; para sentirte vivo. De lo contrario, no lo estarías.

Está bien tener sueños, metas y ambición. Pero apegarte a ellos, depender de que se realicen para estar bien… Es solo posponer lo que ya tienes.

Olvídate del secreto, del pide y se te dará y del puedes conseguir todo lo que te propongas. Claro que puedes. Sobre todo si encuentras tu misión en la vida. El verdadero secreto es que ya tienes todo lo que necesitas. Aquí, ahora. ¿A qué esperas para empezar a sentir gratitud por ello?

En lo que te enfocas es lo que obtienes. Porque el mundo que te rodea es igual a la representación que tú haces de él, internamente. Yo prefiero un mundo del que estar agradecido. ¿Y tú?

Hoy, hace 31 años que llegué a este mundo. Ha sido en los dos últimos años cuando he empezado a crear un mundo en el que me gusta vivir. El mundo de ahí fuera es el mismo, pese a que parezca que cambia constantemente. Las gafas con las que lo veo, por el contrario, han cambiado. Y lo siguen haciendo, para mejor.

Gracias.

2 comentarios en «Un hábito poderoso»

  1. Sabes transmitir tu alegría por la vida.Y Gracias a tí también por ser como eres :)

    Responder

Responder a Diego Rueda Cancelar la respuesta

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.